En DigitalES Summit 2018, el congreso que ha organizado la asociación tecnológica DigitalES, en Madrid, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, recordó no solo que la transformación viene protagonizada por los datos o la automatización, sino que España es uno de los países más automatizados del mundo. Hizo referencia al necesario crecimiento de tamaño de nuestras compañías, al tiempo que recordó que la digitalización ya no es una opción, sino un imperativo para no verse desplazado del mercado.
Enfatizó la apuesta del Gobierno por la transformación digital de la economía y la sociedad, al tiempo que mencionó los 100 millones de euros que hay a disposición de las pymes para favorecer su competitividad, aunque voces discordantes, durante el evento, discreparon de la efectividad de esta partida económica, ya que dividiendo esta cantidad por el número de pymes españolas la cifra que correspondería a cada una sería de 62 euros por pyme. Por ello, algunos de los ponentes solicitaron tomarse en serio el valor de las pymes españolas, porque lo contrario haría que España no estuviera en el vagón de cabeza de la digitalización.
Para la ministra las claves pasan por la financiacióny el impulso del talento. Un talento que estuvo muy presente en cada una de las ponencias. La necesidad de una oferta formativa en competencias digitales, haciendo que los jóvenes no se encuentren excluídos del modelo digital, y la necesidad de planificar y financiar una estrategia de formación para el empleo, se puso sobre la mesa, «porque el riesgo de no hacerlo es muy alto», manifestó Maroto. Por ello, reconoció que la clave pasa por fomentar inversiones en políticas activas de empleo, en el desarrollo de las estrategias de formación hacia las competencias digitales.
Y en esta nueva andadura en su cargo, Reyes Maroto subrayó dos de las actuaciones que ha puesto en marcha su ministerio, de la mano de otros ministerios: una hoja de ruta para fomentar la industria y los servicios. Y la elaboración de un plan minorista.
Peticiones
Durante el evento también hubo un espacio para las reivindicaciones. Se hizo un llamamiento, en repetidas ocasiones, para que las empresas tecnológicas no tengan que asumir tantos impuestos, ya que esta partida económica podría perjudicar en la necesaria inversión en I+D+i. Incluso algunos de los ponentes fueron más allá al afirmar que habría que crear un ecosistema y ponérselo más fácil a las empresas. Entre otras sugerencias, evitar la sobrerregulación y aumentar los incentivos fiscales, ya el alto coste fiscal de nuestro país provoca el rechazo de muchos empresarios extranjeros.
No podía faltar la demanda de una justa equiparación y el equilibrio en el sector de las telecomunicaciones entre las OTTs y el resto de players.
Y, por supuesto, una mayor diversidad de género en un mundo, el tecnológico, en el que el 27 % de las vacantes no se cubren. Un espacio en el que la mujer tiene mucho que decir y en el que tienen que incorporarse.