Kingston ha alertado de uno de los problemas que no se prestan atención, pero que pueden poner en peligro la seguridad en las empresas y dificultar el cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos. Se trata de la protección de la información que contienen las memorias USB. Un estudio de la compañía ha revelado que casi el 50 % de los usuarios se han encontrado alguna vez una unidad USB. Y, además, casi la mitad de las empresas españolas ha perdido algún USB que contenía información del negocio.
Estos datos cobran especial importancia porque un 30 % de los empleados almacenan información sensible en unidades USB, según información que maneja Kingston. Además, el 94 % de las memorias no usan cifrado por hardware, por lo que la información está desprotegida.
Kingston apuesta por el cifrado de datos basado en hardware para proteger esta información. Cuenta con productos como el IronKey S1000, que ofrece la seguridad de los datos empresariales con cifrado AES basado en hardware de 256 bits en modo XTS para proteger datos confidenciales. Esta línea se compone de soluciones con homologación FIPS 140-2 Nivel 3, lo que favorece el cumplimiento de las normas.