“No solo no está agonizando sino que desempeña un papel, importante, en los procesos de transformación digital que están llevando a cabo las empresas”. Eva Sánchez-Caballero, directora de desarrollo de negocio de Canon, defiende que la impresión, a pesar de su largo recorrido en el mercado TI, también ha sabido evolucionar. “Ha sabido ocupar su espacio dentro del ecosistema digital en el que ya se mueven las empresas, integrándose en el desarrollo de sus proyectos y de sus objetivos de negocio”.
En esta evolución de la impresión, Sánchez-Caballero recuerda que la crisis que afectó al mercado hace algunos años impactó, desde los primeros momentos, a este apartado, obligando a acelerar la cultura de una impresión más racional. “El documento impreso forma parte de nuestra cultura”, insiste. “Vivimos en un momento híbrido en el que manejamos tanto documentos en papel como electrónicos”, recuerda. Los procesos de transformación del puesto de trabajo son una realidad en muchas empresas; sin embargo, no han desterrado al documento impreso que “también ha evolucionado y ha ocupado su espacio”.
La racionalización se ha asentado en los procesos de impresión: se ha pasado de un entorno absolutamente personalizado en el que cada usuario contaba con su impresora y sus dispositivos, hasta un ámbito mucho más colaborativo. “Todas las empresas entendieron que había que empezar a optimizar recursos; lo que provocó la realización de auditorías para analizar cuáles eran los recursos que tenían y, sobre todo, qué uso se hacía de los mismos”. Se trataba, en definitiva, de “mejorar la política de costes y la productividad”.