A pesar de las proclamas tecnológicas en favor de lo inalámbrico, las oficinas siguen estando repletas de cables lo que sigue anclando el puesto de trabajando y rebajando la movilidad. Intel quiere contribuir a potenciar la libertad de los usuarios y en su última revolución Core, la que suma la 5ª generación, esta vez unida al empresarial vPro, ha puesto el acento, entre otros aspectos, en lo inalámbrico a través de Intel Pro Wireless Display y de la función, opcional por el momento, de Intel Wireless Docking. En el primer caso, asegura conexiones inalámbricas con las pantallas; y en el segundo permite la conexión automática a monitores, teclados, ratones y accesorios USB, eliminando la necesidad de docks mecánicos convencionales.
Junto a esta oda a lo inalámbrico, Intel sigue pegada a la mejora de sus activos tradicionales y estos nuevos motores permiten a los usuarios sacar todo el provecho (en materia de autonomía y rendimiento) a todo tipo de formatos, ahora más finos y ligeros que nunca: dos en uno, ultrabook, portátiles ultrafinos y mini PCs.
Por último, integra en el hardware funciones de seguridad y de administración; lo que incluye sistemas nativos de cifrado de datos.