Intel ha cerrado el segundo trimestre de 2017 con un crecimiento del 14 %, sin contabilizar el efecto producido al excluir al grupo Intel Security, aunque el porcentaje desciende al 9 % si se incluye en la contabilidad los ajustes que ha producido la transacción efectuada por esta unidad. Teniendo en cuenta este dato, la compañía ha facturado 14.800 millones de dólares, frente a los 13.500 millones del mismo trimestre del año 2016.
La compañía ha crecido en casi todas las unidades de negocio. El grupo de client computing ha logrado un incremento del 12 % y una facturación de 8.200 millones de dólares. El grupo del data center ha facturado 4.400 millones de dólares y ha crecido un 9 % respecto al mismo periodo del año pasado.
El de Internet de las Cosas ha facturado 720 millones de dólares, lo que supone un incremento del 26 %; y el de las memorias no volátiles ha crecido un 58 % con un facturación de 874 millones de dólares.
El grupo que ha tenido un comportamiento peor ha sido el de las soluciones programables que ha caído un 5 %, respecto al mismo periodo del año anterior. Su facturación se ha cifrado en 440 millones de dólares.
Los resultados de Intel también ha sido positivos en otros conceptos. El beneficio operativo se ha cifrado en 3.800 millones de dólares, frente a los 1.300 millones del año 2016, lo que supone un crecimiento del 190 %.
«El segundo trimestre fue espectacular con una facturación y beneficios creciendo a doble dígito sobre el año anterior», declaró Brian Krzanich.
Entre los hechos más destacados de este trimestre figuran el lanzamiento de la serie Intel Core X y los avances en otros apartados como la inteligencia artificial y el coche autónomo.