19.200 millones de dólares. Ese es el techo que acaba de colocar Intel en su histórico de facturación gracias a los resultados cosechados en su tercer trimestre fiscal. Un baremo que le permite crecer un 19 % y que es posible por los buenos resultados que exhiben todas sus unidades de negocio: el PC (CCG) creció un 16 % y el negocio global relacionado con el centro de datos (DGC), que ascendió un 22 %. En lo que se refiere a los beneficios netos, estos fueron de 6.400 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 34 %. Bob Swan, Intel CFO and Interim CEO, cree que “2018 va a ser otro año de récord para Intel”.
El negocio vinculado con los procesadores del entorno PC se vio impulsado por el empuje del gaming y el entorno profesional con el lanzamiento de las nuevas series U e Y, de la octava generación Intel Core; además del motor específicamente pensado para los jugones (Intel Core i9-9900). Sumó 10.200 millones de dólares.
El otro apartado de negocio, que mide lo que no es PC, creció un 22 %. El mejor comportamiento correspondió al negocio específico del centro de datos, que ascendió un 26 % gracias al impulso de la inversión de los proveedores en servicios de nube y de comunicaciones por la fuerte demanda de las aplicaciones en torno a los datos y la inteligencia artificial. Por su parte, el grupo de IoT (IOGT) vio impulsado su negocio un 19 % y el negocio vinculado con las memorias (NSG) creció un 21 %. Por último, PSG (que identifica a las soluciones programables) ascendió un 6 %.