El miércoles Biden firmó la orden ejecutiva que limita la inversión de Estados Unidos en tres áreas: semiconductores y microelectrónica, computación cuántica y ciertas capacidades de inteligencia artificial en China, Hong Kong y Macao. Las reacciones a los que algunos consideran injerencia no se han dejado esperar.
Mientras desde China tildan la medida de coerción económica flagrante y acoso tecnológico”, la Comisión Europea anuncia que analizar la medida impuesta por Estados Unidos. “Tomamos nota de la Orden Ejecutiva sobre inversiones salientes emitida por EE. UU. el 9 de agosto. Analizaremos la Orden Ejecutiva de cerca”, ha dicho un portavoz de la Comisión en un correo electrónico enviado a Reuters, donde se añade que Bruselas está en estrecho contacto con la administración de EE. UU.
El Ministerio de Comercio de China a pedido a Estados Unidos que “respete la economía de mercado y los principios de la competencia justa” y se abstenga de obstaculizar artificialmente el comercio mundial.
En Estados Unidos se acusa a la Administración Biden a utilizar el imperativo de la seguridad nacional como una forma de tratar de limitar las transferencias de tecnología y las inversiones relacionadas con la tecnología a China.