España es uno de los países donde mejor se ha aceptado la impresión digital en el entorno personal. Así lo asegura la consultora Context que señala que EMEA (Europa, Oriente Medio y África) es el segundo mercado a nivel mundial en expedir impresoras 3D (acaparó el 27 % de los envíos en el tercer trimestre de 2015). España, junto a Alemania, Italia y Gran Bretaña, está a la cabeza de las ventas a través del canal de distribución TI. “Es uno de los principales mercados de Europa”, señala Chris Connery, vicepresident of global analysis de Context, que señala, con las previsiones en la mano, que es uno de los mercados de oportunidad: a nivel mundial se prevé que pase de los 4.300 millones de dólares que movió en 2015 a los 17.800 millones previstos en 2020. “Se espera una expansión de la distribución, tanto a nivel local como global”.
A juicio de Chris Connery, la península ibérica representa un buen microcosmos del mercado mundial en relación a las impresoras 3D de sobremesa. “Se aprecia una mezcla de marcas locales y marcas “globales” en impresoras 3D de sobremesa”, explica. El analista mundial de Context señala que en esta zona sobresalen BQ, en España, y BeeveryCreative, en Portugal, una empresa virtual emergente que se desarrolla en torno a este tipo de equipos 3D de sobremesa. Ambas empresas ofrecen impresoras que usan la tecnología de extrusión de material (también conocida como FDM), sobre la que se apoya el 97 % del mercado de impresoras 3D de sobremesa. En el ámbito industrial/profesional, sin embargo, hay otros seis tipos de tecnologías, cada una de las cuales tiene valor en ciertos mercados verticales. Un segmento que cuenta con mucha menos penetración en España.
“Las impresoras personales 3D llegan a los consumidores a través de cadenas de retail y a las empresas y entidades educativas a través de los mayoristas de informática”, explica. Junto a estas dos vías, Connery no olvida señalar a los pequeños distribuidores posicionados en mercados verticales. “Confío en que a medida que crezca el mercado, siga expandiéndose la red de distribución que se encarga de comercializar este tipo de equipos”.
Connery analiza que, al igual que ha sucedido con otras tecnologías en el pasado, además del desarrollo de una red de distribuidores minoristas, las empresas observen al canal mayorista como un pilar de referencia en sus estrategias de comercialización. Una figura que les ayudará en la gestión financiera, para agilizar los pagos en la red de distribución, y la labor logística. “Al hacer descansar la gestión de la red de distribución en el canal mayorista podrán centrarse en hacer crecer su negocio y desarrollar su oferta”. Connery recuerda que los distribuidores de informática han estado desarrollando de manera profesional y a través de diferentes servicios mercados claves para las impresoras 3D, como es el caso del sector de la educación, “con lo que la unión entre la impresión 3D y la distribución de informática se vuelve incluso más tentadora”, prevé.
Factores de despegue
Aunque es el mercado donde más rápido se ha desarrollado, la impresión 3D todavía no cuenta con una distribución masiva en el entorno doméstico. Un hecho que ha provocado que existan fabricantes de impresoras 3D, como es el caso de 3D Systems/Cube o de Stratasys/MakerBot, que han reducido su foco en el uso doméstico. “Aunque otros se aprovecharán de esta situación”, prevé Connery. “La impresión 3D todavía resulta difícil para la mayoría de los consumidores ya que no cuenta con una aplicación revolucionaria para un uso doméstico”.
El analista anticipa que el comercio minorista seguirá siendo un escaparate para la tecnología aunque serán los mercados verticales los que recibirán a corto plazo un gran número de impresoras, “especialmente en lo que respecta a la educación”. Connery cree que el énfasis que se está haciendo en torno a las disciplinas académicas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), tirará del desarrollo de este tipo de impresión. “Al igual que ha ocurrido con los ordenadores personales, la exposición a la tecnología a una edad temprana es muy importante. La impresión 3D se está usando cada vez más en todas las facetas de fabricación y el aprendizaje de los conceptos de ”fabricación aditiva” (como también se conoce la impresión 3D) se hace cada día más evidente”.
Entran los “grandes”
Aunque el mercado de la impresión digital cuenta ya con 30 años de recorrido en lo que se refiere a las impresoras 3D de sobremesa es relativamente nuevo. Las principales marcas de informática como HP, Canon y Ricoh ya han anunciado el desarrollo de productos para el ámbito industrial/profesional y, de momento no han anunciado su intención de entrar en el de la impresión 3D de sobremesa. “Su impacto en el mercado será grande”, vaticina Connery. “No obstante, lo será sobre todo desde un punto de vista de visibilidad”, puntualiza. El analista explica que los principales actores de este mercado profesional han visto cómo las ventas se ralentizaban el pasado año. “Muchos usuarios industriales y profesionales han mostrado un pequeño parón, esperando a que estas grandes compañías del mercado TI entraran de lleno antes de adentrarse plenamente en la impresión 3D”.
El pasado mes de mayo HP presentaba HP Jet Fusion 3D Printing Solution, el primer sistema de impresión 3D profesional preparado para la producción diseñado para tiendas de modelado y centros de servicios de impresión 3D. Junto a ella, el proveedor presentaba dos nuevas impresoras 3D: la HP Jet Fusion 3D 3200, que estará disponible en 2017, apta para el prototipado; y la HP Jet Fusion 3D 4200, diseñada para cumplir con las necesidades de creación de prototipos y fabricación a corto plazo. Esta última estará en el mercado a finales de año.
En el caso de Canon, la marca ha sellado un acuerdo con Materialise, un proveedor de software de additive manufacturing y servicios de impresión 3D, con el fin de mejorar su oferta y que sus clientes tengan acceso a Materialise Magics, un software para la gestión de flujos de trabajo en la impresión de objetos en 3D.
Por su parte Ricoh lanzó la impresora AM S5500P, un equipo de SLS (sinterización selectiva por láser) diseñado especialmente para la fabricación de objetos de gran tamaño, muy detallados y funcionales en una sola pieza. Además es capaz de trabajar con una amplia gama de polímeros y polvos.
En el ámbito de la impresión 3D de sobremesa, el mercado verá la entrada de una marca relacionada con la fotografía, como es el caso de Polaroid o un fabricante de juguetes, como Mattel, “lo que demuestra que este mercado sigue siendo de interés para muchos tipos de compañías”.