Sin perder paso en el tradicional mercado de la impresión, que le ha concedido durante décadas su actual imagen de marca, Ricoh ha ido ensanchando su campo de negocio hacia otras latitudes como es el caso de la colaboración empresarial. Un movimiento estratégico que les ha permitido seguir creciendo. No en vano en su último año fiscal, concluido el pasado 31 de marzo, la filial ibérica consiguió facturar 264 millones (250 de ellos en España), lo que supuso un crecimiento del 4,8 %. Ramón Martín, CEO de la filial, calificó de “buen resultado” el baremo, asegurando que la rentabilidad, que está terminando de perfilarse, “estará en línea con la del año anterior”. Lógicamente la impresión sigue sumando dos tercios de la facturación, aunque la buena noticia, a nivel estratégico, es que el 24 % del negocio ya procede de lo que Ricoh califica como “office services”, donde se ubica el área de la colaboración empresarial. Martín, consciente de que es un término que goza de una gran popularidad en el ámbito tecnológico, aseguró que la marca cuenta con una propuesta diferencial, que aúna soluciones y servicios “que son claves para transformar el espacio de trabajo”. La compra de Techno Trends, empresa referente en este apartado, ha sido clave. “Hemos alcanzado el liderazgo”, aseguró. Concretamente el crecimiento de este apartado de “servicios relacionados con el entorno de la oficina, ha crecido un 20 % (el negocio de la colaboración ha sumado 12,4 millones de euros).
Productividad y flexibilidad
La mejora de la productividad está en el trasfondo de los negocios relacionados con la colaboración empresarial. “Se trata de potenciar el talento y facilitar la interacción de las personas, a través de la tecnología, transformando físicamente el puesto de trabajo”, relató Martín.
Un proceso que exige un cambio en la cultura corporativa y que tiene a las personas como el elemento principal (junto a la tecnología y el espacio físico). “Es necesario trabajar en este aspecto, ya que requiere transformar también la propia cultura de las empresas”. El resultado, lógicamente, conduce a una mayor productividad de los empleados y una mejor experiencia del usuario.
La oferta de Ricoh en este apartado se reparte en torno a cuatro áreas: productos de impresión pensados para servir a este entorno colaborativo, software, TI y servicios de comunicación. “Las empresas deben prepararse para la colaboración para ser más competitivas”, insistió Xavier Moreno, responsable de marketing de Ricoh. “Deben innovar más rápido, desarrollar proyectos de co-creación, con espacios colaborativos, enfocándose a la colaboración”, enumeró. No olvidó referirse al empuje de los millennials, que supondrán en 2020 la mitad de la fuerza laboral. “El talento es, cada vez, más nómada”, recordó. “Lo que exige una mayor flexibilidad laboral y tecnológica”.
El potencial de negocio es enorme. Según defienden las consultoras el área de la videoconferencia en España generó alrededor de 272 millones de euros y la previsión de crecimiento es del 300 % hasta 2020. Las pantallas interactivas suponen ya 7,5 millones de euros, con un ascenso esperado del 178 % hasta 2020.
La colaboración empresarial, la gran desconocida
A pesar de que las empresas españolas utilizan recursos y aplicaciones integradas en este apartado, aún se les escapa el concepto de colaboración empresarial. Así queda reflejado en el estudio, realizado por IDC España a instancias de Ricoh para indagar en este apartado. Un estudio en el que han participado más de 200 empresas y administraciones públicas. El 70 % de las mismas aseguró que no tienen muy claros los conceptos relacionados con la colaboración empresarial. Ahora bien, una vez desvelado el término, aseguran que sí utilizan soluciones de trabajo compartido (en un 68 % de las empresas), sistemas de mensajería instantánea (un 55 %) y de videoconferencia en el PC o en una sala (en el 53 y en el 50 % de los casos, respectivamente). Eso sí, solo el 7 % de las empresas cuenta con una solución completa de colaboración.
Una de las afirmaciones más preocupantes del estudio, en relación al desarrollo de la colaboración, es que el 63 % de las empresas sigue realizando sus reuniones de manera presencial. Un baremo que, al mismo tiempo, señala el gran reto que tienen las empresas que apuestan por la colaboración. Son las empresas de menos de 100 empleados las que prefieren más esta fórmula (un 85 %). «A pesar de tener las soluciones, no se usan de manera masiva», explica Ignacio Cobisa, analista senior de IDC. «Quizás porque no existe suficiente formación, ni se ha fomentado su uso».
En la lista de beneficios que permite su práctica se encuentra, en cabeza, la productividad (un 37 %). A continuación se ubican la agilidad en la toma de decisiones (un 20 %), una mejor conciliación personal y laboral.
En relación a los aspectos que hay que tener en cuenta en su desarrollo, la gestión de las personas es el más vital (para el 81 % de las compañías).
Ahora bien, dos de cada tres empresas aseguran que la experiencia de uso de este tipo de aplicaciones es bastante satisfactoria y un 15 % reconoce que es totalmente satisfactoria.
Las empresas reconocen que la razón principal para adoptar estas tecnologías es la integración tecnológica (en un 48 %); un argumento que se sitúa muy por encima del ahorro de costes (11 %).