Seis días de intenso trabajo se merecen el reposo del séptimo. Hemos terminado la labor que nos encomendaron, alargando el esfuerzo y desparramando energía a lo largo de seis durísimas jornadas que concluyen hoy. A partir de mañana se abre nuestro séptimo día. Nos llega la hora del descanso y santificamos nuestro domingo. Si Él descansó en ese día de todo lo que había hecho, nosotros también reposaremos… hasta septiembre. A partir de entonces, volveremos a crear. Pero hasta entonces, toca el descanso. Para nosotros y, por supuesto, para ustedes… “Coman, beban, recen y amen”.
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