Hasta hace aproximadamente dos años, muy pocos (por no decir nadie) sabían qué era el Viernes Negro o Black Friday. Ahora, si bien no todo el mundo sabe que con este nombre se designa viernes siguiente al día de Acción de Gracias americano en el que las tiendas pasaban de tener número rojos a número negros, sí se sabe que es un día en que todos los comercios tiran la casa por la ventana y las rebajas son espectaculares.
En España, desde hace poco más de dos años, este Viernes Negro también pretende celebrarse. Total, si hemos importado Hallowing con nuestras pequeñas variaciones, ¿por qué no importar el ‘Black Friday’ también con pequeñas variaciones?
En España no gusta lo de tirar huevos a una fachada, o llamar a la puerta de un vecino diciendo «truco o trato» (entre otras cosas porque a saber qué contesta el vecino Honorio Fernández a una pregunta tan absurda), y por eso a los comerciantes que quieren importar el Viernes Negro tampoco les gusta rebajar al 70 %, 80 % o 90 % sus productos durante ese día. Al parecer, esta ha sido una de las principales quejas de los compradores ante el Viernes Negro que, salvo algunas gangas espectaculares en el sector de la tecnología, las rebajas que prometía un día como este comparándolo con su homólogo americano se parecían tanto como un churro y una castaña. Las grandes superficies prometieron grandes descuentos, pero no fue así, y sus clientes se sintieron engañados. ¿Habrán perdido estas grandes superficies la confianza de los consumidores?
Lo cierto es que probablemente este sentimiento se diluya con un poco de tiempo, y se les acabe pasando la indignación que se hacía patente en las redes sociales durante ese día. Sin embargo, si el Viernes Negro no salió bien, no fue culpa de los descuentos, sino de los hábitos de los consumidores españoles.
Para los americanos el día de Acción de Gracias es un día festivo en el que se reúne la familia, donde se come pavo, se celebra la cosecha y en las calles hay desfiles que finalizan con una inmensa carroza dedicada a Papá Noel. Lo cual lleva a pensar tanto a niños como a mayores que ya está abierta la veda de la compra de regalos.
Se nos olvida que en España no existe el día de Acción de Gracias, y aunque según nuestra tradición religiosa tenemos una fecha similar (el primer domingo de Adviento), no tiene nada que ver con una jornada festiva como la de Acción de Gracias. Por lo tanto, ese día (que este año ha caído en 1 de diciembre), pasa desapercibido en nuestro calendario. Tampoco se ha pretendido nunca que el primer domingo de Adviento sea el pistoletazo de salida de la campaña de compras navideñas, y es por eso que en España podemos ver en pleno octubre algunos centros comerciales más adelantados que ya han puesto los adornos de Navidad. La realidad es que en España se empiezan a comprar regalos para navidad cuando ves los primeros anuncios de turrones en la tele y el catálogo de juguetes de El Corte Inglés.
Los grandes perjudicados del Viernes Negro: Los pequeños comercios
Los comercios más pequeños son los grandes perjudicados de un día como este, pues mientras las grandes superficies se dedican a publicitar descuentos increíbles, las tiendas más pequeñas se ven en la obligación de subirse al carro. Esta maniobra puede llegar a suponer grandes pérdidas para estos comercios que hoy en día ya luchan por sobrevivir. La forma de capear un temporal como este es hacer lo mismo que las grandes superficies, apuntarse el tanto del Viernes Negro, pero solo en determinados productos. Algunas tiendas subieron los precios de los demás productos con el fin de no acentuar demasiado las pérdidas que les suponía un Viernes Negro, y algunos consumidores se dieron cuenta de la estrategia. Si bien es cierto que no ha gustado la forma de actuar de los comercios más pequeños, sí parece haberse comprendido, pero seguramente los usuarios hubiesen agradecido más un buen estudio de sus hábitos y necesidades, en vez de las rebajas del Viernes Negro.
Y es que los españoles no nos parecemos en nada a los americanos, no tenemos sus costumbres, ni su forma de pensar, ni los mismos días de fiesta, y mucho menos comemos pavo asado un día al año, porque no creo que eso pueda sustituir a un buen cocido, una buena paella, un gazpacho, o una mariscada de las rías… Spanish is diferent!