Más de cuatro años después de la disgregación del gigante HP en dos partes, de más de tres ejercicios y medio de la venta de su unidad de software a Microfocus y casi tres del nacimiento de DXC Technologies, HPE enarbola su condición de compañía “como servicio” y promete que en 2022 todo su negocio operará bajo esta fórmula. Una bandera cosida, dejando atrás las puntadas del software y los servicios (que no el “como servicio”), con la aguja de una plataforma que, como no puede ser de otra manera en el panorama actual, abarca del extremo (el anglosajón edge) hasta la nube. “Hemos creado una arquitectura que soporta el movimiento de los datos desde el extremo de la red y los mueve hacia las diferentes nubes, donde se trabaja con ellos”, explicó José María de la Torre, consejero delegado de HPE para el sur de Europa.
Una renovada estrategia que, hechas las desinversiones, se afianza en las compras. Repasando: si su fortaleza en el atractivo extremo reposa en la adquisición de Aruba, el poder de su centro le debe mucho a la hiperconvergencia de Simplivity o el almacenamiento de Nimble. Y, ahora, gracias a la compra de Cray, en mayo de 2019, pone rumbo hacia la supercomputación. O a la integración de la inteligencia artificial, una de las cargas con “más peso”, a través de la adquisición de BlueData.
Un camino, en suma, que les ha llevado, como especificó de la Torre, a la venta “como servicio” que “permite una gestión más elástica y flexible”. En definitiva, se trata, una vez más, de “disfrutar de las ventajas de la nube pública en un entorno privado”.
Una filosofía que se plasma en dos plataformas: GreenLake y Aruba Central. La primera, la joya de la corona de la HPE más “pura”, acaba de dar el pistoletazo de salida a GreenLake Central, que se presenta como una “consola” para poder ejecutar y gestionar todos los componentes, en un escenario de nube híbrida. La segunda, Aruba Central, se ocupa de la gestión de conmutadores, puntos de acceso y gateways en la nube.
Aterrizaje en España
Una estrategia que, desembarcada en España, tiene resultados positivos. Sin dar datos concretos, de la Torre se limitó a señalar que en “España nos va bien” y que “vamos a seguir creciendo en todas las áreas en las que operamos”. La concreción solo se centró en los datos que le conceden el 47 % de cuota de mercado en el área de la computación y el 30 % del mercado de los sistemas de almacenamiento empresariales. “Disfrutamos de más cuota de mercado en España que en el mundo”, se atrevió a deslizar.
Un cuarto del negocio en España lo genera la Administración Pública, lo que le permitió valorar, con talante positivo, la vocación del presente Ejecutivo por impulsar la digitalización (incluida en la vicepresidencia que dirige Nadia Calviño). Otro tercio procede de la pyme y el resto de las grandes cuentas.