“Nos la jugamos”. Joaquín Potel, máximo responsable de Comparex, no tiene complejos en reconocer la jugada, arriesgada, que iniciaron hace un par de años y que les ha llevado a girar, “casi 180 grados”, su modelo de negocio, dejando de lado una estrategia basada en el hardware y apostando por fórmulas de moda como la transformación del puesto de trabajo, la migración de los tradicionales centros de datos a la nube (de cualquier sabor) y la gestión de activos de software. “Fue el momento perfecto”, reconoce. “Los proyectos tradicionales ya no eran rentables y los márgenes que dejaban tampoco”. Iniciaron entonces una travesía que ha tenido momentos delicados (tuvieron que cerrar, por ejemplo su oficina en Mérida), decisiones valientes (han dejado de trabajar con un ramillete de fabricantes) e inversiones varias (el 30 % de su plantilla ha fortalecido su educación, lo que les ha otorgado 90 certificaciones en 2 años). El balance, medido como todo en este segmento por la hoja de resultados, ha sido positivo: el integrador ha crecido un 25 % en 2017, lo que le ha permitido sumar alrededor de 95 millones de euros.
Una dinámica que no esperan perder en este ejercicio. “No nos obsesionan los números sino la rentabilidad pero sí que resultaría importante alcanzar los 100 millones de euros”, reconoció Potel. Una cifra, con un cierto componente mágico, que supondría crecer, de nuevo, en torno a un 20 o 25 %. Lo que no se ha transformado demasiado es el peso de los sectores de negocio: el 40 % corresponde al segmento financiero; el más voluminoso. Tras él, las telcos y la industria. Muy poco lo público.
Giro de negocio
El cambio en la estrategia se refleja, increíblemente claro, en la composición de su negocio: hace 3 años el área del software sumaba el 30 % de su negocio y la nube se movía apenas en el 3 %. A finales de 2017 ambos negocios representan cerca del 72 %, con Office 365 creciendo casi a triple dígito y los negocios relacionados con Azure o Amazon alcanzando, ellos sí, el triple baremo de ascenso. “Somos el socio de Microsoft con la cuota más alta de software y cloud en el negocio”, aseguró. Las perspectivas son que en este año el 50 % del negocio proceda de la nube. “Ahora la discusión no es ir o no a la nube sino cómo”.
El coste de la nube
Ni un ápice denosta Potel el pasado de Comparex. Al contrario. “Nuestro enorme conocimiento del entorno del centro de datos nos ha permitido enfrentar, con éxito, este giro de negocio que, precisamente, tiene en la transformación de este entorno hacia el cloud uno de nuestros pilares”. Potel predica la prudencia y el equilibrio entre la nube privada y la pública en este camino. “Muchas empresas creen que la nube es el final del camino y es un error”, asegura. Y medir la subida por el coste o el ahorro es otro. “Los números en la nube salen cuando una empresa percibe que no es eficiente mantener una carga de trabajo en su propio centro de datos”, explica. “No hay que moverse a este entorno para ahorrar dinero, sino por la eficiencia, la agilidad y la elasticidad que permite”, enumera.
Potel defiende, además, el gusto por las “pruebas”. “Probar en la nube eso sí que tiene un coste bajo”, asegura. “Y es posible, si las pruebas no resultan, retroceder y volver a ubicar la carga dónde estuviera”. Incluso se atreve a dar un paso más para afirmar que “aquella empresa que no se equivoca alguna vez no se está transformando”. Potel defiende que las empresas deben destinar un montante a la innovación “asumiendo riesgos y sin que se mire el retorno a corto o medio plazo”.
La empresa cuenta con proyectos destacados en el área de la transformación del puesto de trabajo, un entorno en el que funciona el binomio Citrix y Microsoft, con el Office 365 como pilar. “El desktop Windows acabó hace tiempo; ahora se marca la movilidad y la nube”. Un entorno, seguro, en el que se aplica un ecosistema de soluciones de productividad.