Es un auténtico quebradero de cabeza y una tarea completamente aburrida. Colocar una contraseña como portón de entrada a los dispositivos es obligatorio si el usuario quiere vivir con tranquilidad.
Eset hace unas recomendaciones básicas para que colocar una contraseña sea efectiva. Nada de compartir las contraseñas con nadie ni escribirlas o enviarlas por correo o por servicios de mensajería. La memoria es un músculo que debe ejercitarse en estos casos y además memorizando contraseñas largas, que cuenten con, al menos, 10 caracteres. Y además, hay que modificarlas cada cierto tiempo por aquello de ponérselo complicado a los malos.
Hay que utilizar una contraseña diferente para cada aplicación o programa. Si algún malo se cuela,,, Que solo se cuele en un lugar.
Las prácticas personales deben aplicarse al entorno empresarial. Por partida doble. Por ello las empresas deben aplicar un doble factor de autenticación como complemento a las contraseñas. Es posible atesorar llaves USB personalizadas y cifradas para guardar las credenciales de acceso a todas las aplicaciones. Es posible hacer uso de soluciones de biometría, sencillas o complejas, para cerrar las barreras.