Tras cumplir, el pasado año, 50 años de recorrido en el mercado, Intel ha proseguido en este 2019 con la estrategia de diversificación de negocio que le ha permitido elevar sus previsiones de facturación. Aunque las áreas no vinculadas con el PC ya generan más de la mitad de su negocio, la innovación en torno a él se ha mantenido a lo largo de este año con el lanzamiento de las nuevas generaciones de Intel Core.
Los buenos resultados cosechados por Intel en el tercer trimestre, en los que la compañía consiguió una facturación de 19.200 millones de dólares, por encima de lo previsto, le han hecho elevar su pronóstico de ingresos para todo el año, esperando cerrar el ejercicio en torno a los 71.000 millones de dólares, lo que, como recuerda Javier Galiana, director del negocio retail en EMEA, significaría “un nuevo año de récord”.
Galiana recordó el camino que ha recorrido Intel en los últimos años, extendiendo su poderío más allá del PC, lo que le ha permitido que en la actualidad uno de cada cuatro dólares facturados ya tiene como origen el desarrollo de tecnologías que no estaban presentes en su oferta en 2013. “Somos un fabricante con una presencia importante en mercados en los que antes no estábamos, como es el caso de Internet de las cosas, las CPU de programación lógica y otras áreas relacionadas con el desarrollo del centro de datos”.
No quiere dejar de insistir en el foco en torno al PC. En 2019 Intel ha acelerado el ritmo de la innovación en este apartado, presentando la 9ª y la 10ª generación de procesadores móviles Intel Core. Un foco que va a continuar en 2020 en el que la marca lanzará la primera CPU de tecnología híbrida. “Supondrá una nueva pequeña revolución”.
Una de las grandes incógnitas es el alivio en el suministro de procesadores por parte de la compañía. La marca lleva trabajando de forma intensa durante todo 2019 para mejorar estos problemas. Tal y como recuerda Galiana, la demanda del mercado superó las expectativas que manejaba la compañía que desde finales de 2018 inició una política de inversiones, superior a los 1.000 millones de dólares, para aumentar la capacidad de las fábricas. “Todavía vamos un poco por detrás”, reconoció. “Seguimos trabajando a tope para abastecer la demanda”.