El 50,81 % de la población española son mujeres y el 55 % de las personas con formación universitaria también son femeninas. Unos datos que sin embargo no aguantan la comparación con el dibujo empresarial: en las presidencias de las empresas del Ibex la presencia de la mujer sólo alcanza el 2,9 %. Un porcentaje que se “eleva” hasta el 21 % si hablamos de empresas con más de un centenar de empleados. Y un tercio de las empresas medianas y grandes no cuenta con ninguna directiva en sus órganos de dirección.
No pinta mejor en el espectro político: de las 17 comunidades autónomas, sólo 4 están regidas por mujeres y de las 30 secretarías de estado, solo 6 responden a un nombre femenino.
Nuestro amado segmento tecnológico, al menos en los puestos intermedios, es fiel reflejo de esta situación aunque presenta una hermosa diferencia: las féminas asoman en la cabecera de las principales empresas tecnológicas. La lista alcanza a IBM, con Marta Martínez de presidenta; a HP, con Helena Herrero al frente de la multinacional americana en la península ibérica; a Fujitsu, donde rige Ángeles Delgado; o Microsoft, donde reina María Garaña (y a partir del 1 de julio Pilar López Álvarez). Sin olvidar, a Rosa María García, primera espada de Siemens; Paloma Beamonte, que dirige Xerox; Rosa Díaz, al frente de Panda; o el dúo de “Marías Josés”: Miranda, liderando NetApp; y Talavera, al frente de VMware.
Por tanto, ¿cree que estamos a la cabeza del mundo en liderazgo tecnológico femenino?
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