Para la Unión Europea alcanzar el objetivo de conectividad establecido para 2030 es fundamental, ya que la consecución de esta meta condiciona el logro de las demás. Por ello, encontrar un modelo económico sostenible para la industria de telecomunicaciones es imprescindible y para conseguirlo la Comisión Europea puso en marcha, el pasado mes de febrero, una consulta pública enfocada a encontrar este modelo económico que permita realizar las inversiones necesarias para que el toda la población europea tenga acceso a fibra óptica y 5G.
Para poder lograr los objetivos de la Década Digital de la UE falta, según pronósticos de la Comisión Europea, una financiación de 174.000 millones de euros. Cifra que no incluye el coste de la actividad derivada de la transformación que se requerirá para respaldar la próxima generación de servicios.
Escenario que, por un lado, coloca la posible iniciativa legislativa y el consiguiente replanteamiento del mercado como uno de los temas claves en los que trabajará la presidencia española del Consejo de la UE. Y, por otro lado, ha movido a DigitalES a proponer un modelo de “contribución justa” por parte de las grandes plataformas digitales a las inversiones en despliegue de nuevas redes.
Estas compañías, tal y como la patronal ha expuesto en el texto enviado a la Comisión Europea, “necesitaron inversiones masivas de los operadores móviles para garantizar que las personas pudieran acceder a los servicios digitales. Ahora la brecha de inversión significa que Europa se enfrenta a una decisión crítica para asegurar su presente y construir su futuro”.
Víctor Calvo-Sotelo, director general de DigitalES, ha explicado que “en los últimos años, el modelo económico que sustentaba los mercados de telecomunicaciones en Europa ha quedado superado por la necesidad de acelerar las inversiones para evitar que se colapsen las redes”. El director general de la patronal ha asegurado, además, que “el modelo ya no es sostenible y los consumidores finales no pueden ni deben seguir asumiendo por sí solos esta realidad. Una transformación radical de la red requiere repensar el marco comercial actual”.