Hay que fijar objetivos precisos que impulsen la transformación digital de las empresas españolas. Lo recomienda Marta Martínez, presidenta de IBM España, Portugal, Grecia e Israel, que cree que este proceso transformador es clave para el futuro de nuestra economía. La presidenta es optimista de cara a este 2017 en el que IBM va a seguir focalizada en sus áreas claves: los sistemas cognitivos, la computación en la nube, la ciberseguridad, las tecnologías de movilidad y el negocio social.
Tras un anómalo 2016 marcado en España por la inestabilidad política, que ha influido en la economía, ¿cómo se observa 2017? ¿Se vislumbra crecimiento en el mercado TIC?
La expectativa de cara a 2017 es buena. La estabilidad política genera certidumbre y anima a las empresas a invertir y a impulsar nuevos proyectos de innovación. También las previsiones de crecimiento de la economía ascienden al 2,5 % del PIB, lo cual lleva a pensar que el mercado TIC experimentará una evolución positiva.
La inclusión de la Agenda Digital como materia clave de un ministerio, ¿de qué manera puede influir en el desarrollo de las TIC?
Es un indicador positivo del compromiso del nuevo Gobierno, aunque lo verdaderamente importante será el énfasis que se ponga en la ejecución de los diferentes planes, con acciones y medidas que incentiven la innovación en el ámbito de las TIC, tanto por parte de la Administración como de las organizaciones privadas. Sería fundamental fijar objetivos precisos que impulsen la transformación digital de las empresas españolas, clave para el futuro de nuestra economía.
El nuevo ministerio desempeñará una labor importante en la configuración de un Mercado Único Digital en Europa, la creación de las normas que lo regularán y la adaptación de dichas normas a la legislación española. Todo ello determinará la competitividad de la economía europea a muy corto plazo y de las empresas de nuestro país.
En el caso concreto de IBM, ¿cuáles van a ser las áreas prioritarias de desarrollo de negocio?
Nuestra estrategia sigue muy centrada en potenciar las áreas tecnológicas con mayor expectativa de crecimiento, por su fuerte impacto en la transformación digital de las empresas y su gran aportación de competitividad. Estas áreas son los sistemas cognitivos, la computación en la nube, la ciberseguridad, las tecnologías de movilidad y el negocio social.