Intel ha dado a conocer sus resultados financieros correspondientes al cuarto trimestre de 2024 y al cierre de su año fiscal. La compañía obtuvo unos ingresos de 14.300 millones de dólares en el cuarto trimestre, lo que supone una disminución del 7 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. A nivel anual, la facturación alcanzó los 53.100 millones de dólares, con una caída del 2 % respecto a 2023. En términos de ganancias por acción (EPS), el cuarto trimestre presentó un resultado negativo de 0,03 dólares, mientras que el EPS no GAAP se situó en 0,13 dólares. En el acumulado anual, el EPS atribuible a Intel fue de 4,38 dólares, y el EPS no GAAP alcanzó los 0,13 dólares.
“El cuarto trimestre representó un avance positivo, ya que superamos nuestras proyecciones en ingresos, margen bruto y ganancias por acción”, ha destacado Michelle Johnston Holthaus, directora ejecutiva interina de Intel y CEO de Intel Products. “Nuestro renovado enfoque en fortalecer y simplificar nuestro portafolio de productos, junto con el progreso continuo en nuestra hoja de ruta de procesos, nos está colocando en una mejor posición para satisfacer las necesidades de nuestros clientes”.
Para el primer trimestre de 2025, Intel prevé ingresos que oscilarán entre los 11.700 millones y 12.700 millones de dólares. Se espera que las ganancias por acción atribuibles a la empresa sean de 0,27 dólares, mientras que el EPS no GAAP proyectado es de 0 dólares. En un comunicado, Intel destaca que continúa ajustando sus expectativas debido a los desafíos económicos y la dinámica competitiva.
“El plan de reducción de costes que anunciamos el año pasado para mejorar la trayectoria de la empresa está teniendo impacto”, ha explicado David Zinsner, director ejecutivo interino y director financiero de Intel. “Estamos fomentando una cultura de eficiencia en toda la empresa mientras trabajamos para lograr mayores retornos sobre nuestro capital invertido y mejorar la rentabilidad. Nuestra perspectiva para el primer trimestre refleja una debilidad estacional amplificada por las incertidumbres macroeconómicas, una mayor digestión de inventarios y dinámicas competitivas. Seguiremos muy enfocados en la ejecución para aprovechar nuestro progreso y desbloquear valor”.
En 2024, Intel ha tenido que hacer frente a una serie de desafíos en su intento por adaptarse a un mercado en constante cambio. Y es que la compañía ha tenido serias dificultades para capitalizar el auge de la inversión en inteligencia artificial y en los procesadores especializados para IA, lo que ha afectado la demanda de sus tradicionales procesadores para servidores. Además, Intel tuvo que posponer el lanzamiento de su unidad de procesamiento gráfico (GPU) Falcon Shores, lo que dejó a la compañía sin nuevos productos relevantes para los clientes de IA en el corto plazo. En su lugar, planea usar Falcon Shores como un chip de prueba interno. Un cambio importante en la empresa fue la salida de Pat Gelsinger, quien dejó su puesto como CEO tras un período de dificultades para hacer frente a la creciente competencia y los desafíos internos. En la actualidad, Intel se encuentra en proceso de búsqueda de un nuevo CEO, mientras continúa implantando el plan de reestructuración anunciado el año pasado.