Las pymes tienen que decidirse si optan por el nuevo Régimen Especial de Criterio de Caja (RECC) que permitirá a las empresas que no superen los dos millones de euros en facturación no ingresar el IVA hasta que no lo hayan cobrado a su cliente. Datisa ha analizado el impacto de esta medidas y advierte que “ es una medida bidireccional, ya que la operativa a seguir con las facturas que recibe la empresa, es exactamente la misma. Es decir, que no puede deducir el gasto, hasta que la haya abonado. Pero en cualquier caso, es una medida que intenta hacer justicia y equilibrar un poco la balanza”, según resaltó Isabel Pomar, directora de marketing de esta empresa. Datisa explica que este sistema no es obligatorio pero si una empresa que no se ha acogido a esta medida recibe una factura de un proveedor que sí que se ha sumado a este sistema tendrá que respetarlo y no podrá deducirse las cuotas soportadas hasta que no hay abonado el pago total o parcial de las misma. Según los últimos datos de mercado, aproximadamente 2,3 millones de empresas y autónomos podrían beneficiarse del nuevo RECC. Sin embargo, muchos expertos aseguran que serán menos de 200.000 compañías las que optarán, en el próximo año, por el nuevo modelo.
Las razones que esgrimen para acogerse al RECC son falta de tiempo para asimilar los cambios que exige esta normativa, las complicaciones administrativas que suponen o los requisitos formales que se establecen para adherirse al nuevo marco regulatorio, como no superar los 2 millones de euros de facturación o no superar los pagos anuales en efectivo por valor de 100.000 euros.
La responsable de Datisa señala que hay que estudiar bien el impacto que la medida tendría en la empresa y tener en cuenta que si se decide adoptar este sistema hay que mantenerlo periodos determinados y si la renuncia significa estar fuera del sistema tres años.
Datisa también aconseja tener actualizados los sistemas de gestión, aún cuando no se opte por este sistema.
